El enoturismo es un término originario de la palabra griega “oinos”, (vino), y es el conjunto de actividades integradas de carácter
turístico que se basan en la valorización de la cultura, los procesos, los recursos patrimoniales y las infraestructuras asociadas a la viticultura y a la enología (vinos).
Los lugares de producción de vino en el mundo van desde el sur de Australia, pasando por Sudáfrica, el sur de USA y el norte de México, Sudamérica, pero teniendo su máxima fuente de
producción en Europa.
El Enoturismo, es un tipo de turismo con demanda muy especializada, ya que entre otras cosas, parte de su equipamiento consta de bodegas, restaurantes, alojamientos rurales y tiendas
especializadas.
El perfil de este tipo de turista es muy específica, ya que la mayoría son profesionistas (52.9%), 84.5% de los turistas viajan anualmente por turismo vitivinícola.
Prácticamente el 90% de los turistas es consumidor regular de vino, y consume más de 6 botellas al mes.
Los viajes a las provincias de producción vitivinícola duran entre 1 y 5 días.
El turista experto en vinos, hace visitas a las bodegas todos los días de su viaje y los enólogos y sommeliers suelen visitar 4 ó 5 bodegas por día.
Este tipo de turismo nos permite aprovechar el territorio y optimización del potencial endógeno, así como recuperar, conservar y promocionar el patrimonio de la región, así como renovar y
cualificar la oferta turística recreacional de la región donde se encuentre.
La visita de bodegas y viñedos, y la degustación de diversos tipos de vinos, hacen de este tipo de turismo una opción sofisticada para viajar y un deleite para los amantes del vino
alrededor del mundo.
Por Marco Medina
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