Por lo regular los viajes se disfrutan en la compañía de familiares, amigos y por supuesto en pareja; sin embargo, durante la última década ha surgido en la mente de los viajeros asiduos la idea de viajar solos.
Viajar es indudablemente una de las actividades más enriquecedoras que un ser humano puede experimentar, y no solo hablando a nivel cultural en donde se puede conocer y ser partícipes de las costumbres y tradiciones del destino que se visita; si no también a nivel emocional, ya que al viajar nuestra mente se expande hacia nuevos horizontes, ampliando la percepción que tenemos del mundo en general, de nosotros mismos y de nuestros alcances.
Spa, compras y playa, viajar sin la pareja es una tendencia que crece. Llegó de la mano de ir de compras a destinos convenientes como Miami y hoy ya se ha ampliado a las experiencias de una estadía más prolongada y lujosa. Principalmente se está dando en mujeres que dejan a los hijos y al marido por un rato, es un tiempo de descanso de todas las obligaciones. Ellos, en cambio, se van con sus amigos a esquiar, a pescar, a ver torneos internacionales de tenis, rugby o fútbol.
El número de empresas dirigidas a viajeros en solitario crece cada año, y es que según las últimas cifras el número de parejas que viajan por separado ha aumentado un 500% en los últimos años. Se estima que tres de cada diez personas que viajan solas tienen pareja. Sin embargo, optan por esta modalidad porque su periodo vacacional no coincide con el de su compañero, entre otros motivos.
Se trata de gente “muy viajera”, con edades entre los 35 y los 60 años, que tienden a elegir destinos y planes poco convencionales o caros. En promedio, el gasto del turista 'single' alcanza los 1.500 dólares por viaje y la duración ronda los diez días.
Según expertos las vacaciones por separado obedecen a tantísimas razones como la rutina que impide frecuentar a los amigos, la necesidad de reencontrarse con uno mismo, el hecho de que unos días sin verse pueden incrementar el extrañarse, practicar un hobby o deporte que no se comparte con la media naranja o simplemente que las vacaciones del trabajo de uno no coincidan con las del otro. Cuando hay crisis de pareja, un poco de aire también viene bien para refrescar la cabeza, aclarar el panorama y evaluar la marcha de la relación. Aunque suene paradójico, muchas veces es la distancia la que nos acerca a la decisión de poner punto final o seguir adelante.
PLANEAR LA EXPERIENCIA A TU GUSTO: El viajar solo implica el hecho de no tener que tomar en cuenta a nadie más que a uno mismo, es la gran posibilidad que se tiene de ser egoísta de una manera valida, así que todo el itinerario corre por cuenta propia.
CONOCER GENTE NUEVA: El estar solo durante un viaje fuerza a las personas a socializar en el destino visitado, ya sea para preguntar por direcciones o únicamente para tener compañía nueva. Estar solo en un lugar extraño implica aprender a moverse, conocer bien las conexiones de transporte y tener que hablar con extraños, pero al final del día todas estas acciones se convierten en pequeños logros que nos convencen aun más de que viajar solo vale mucho la pena.
APRENDER A ENCONTRAR SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS: Alguna vez alguien dijo «He aprendido tanto de mis errores que estoy pensando en cometer algunos más». Cuando surge un conflicto durante un viaje de single, pareciera el fin del mundo, sin embargo, son esos tensos primeros segundos de parálisis de los que uno aprende a lidiar con problemas y encontrarles solución.
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